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Jueves 8 de Septiembre de 2011 08:23

Kimberley recibió a su campeona

Alumnos de la escuela de patín del “Dragón Verdiblanco”, que la tienen como docente, recibieron a Estefania Fasinato, la reciente campeona del mundo de patín carrera en Corea, sobre la distancia de 1.000 metros.

Fueron 47 horas de viaje. Avión para el tramo Frankfurt-Madrid-Buenos Aires y, desde allí, en micro hacia nuestra ciudad. Sólo comparable con las 54 que se demoró la llegada del equipo “albiceleste” al Mundial de patín de Corea.

En la puerta de la institución de Independencia 3030, la esperaba su madre, la múltiple campeona y hoy funcionaria municipal, Claudia Alejandra Rodríguez, autoridades del club que la vio crecer y un importante grupo de padres y alumnos de la escuela donde Estefania se desempeña como entrenadora, continuando la tarea que inició su madre.

Tras los saludos protocolares, la flamante campeona, heredera de una corona, atendió con amabilidad a LA CAPITAL y sostuvo, sobre la obtención de su primera medalla dorada mundial: “Faltando 200 metros estaba en la quinta posición, intentando atacar a las coreanas y las colombianas, que era nuestro objetivo. Ya en los 100 finales estaba tercera, había pasado a las corredoras de China Taipei y China Popular, y fue allí, en la última curva, donde una de las colombianas trastabilló, tocó a su compatriota, se cayeron y a 50 metros de la llegada quedé sola para ganar. Esta prueba no era la que íbamos a buscar, pero por supuesto fue bienvenida la medalla”.

También recordó que “el año anterior habíamos quedado cerca en la carrera a la Americana y por eso este año con Melisa Bonnet y Mayra Arias fuimos a buscar el podio, aunque no pudimos cumplir ese objetivo. Estábamos cuartas, se nos cruzó una colombiana, tuvimos que levantar y aprovechó Alemania para pasarnos. En los 1.000 metros hicimos una carrera limpia, esperando lo que hacían las chinas y las colombianas, y por suerte nos salió bien”.

Más adelante, Fasinato se refirió al diálogo telefónico que sostuvo con su madre, apenas obtenida la medalla. “Mamá vio la carrera en directo y sabía que yo había ganado. Gracias a la traductora que tenía un teléfono con skype pude hablar con ella y todo fue emoción, pero no tuvimos mucho tiempo para festejar porque a los 20 minutos corríamos la otra prueba. Ya en el hotel, con el skype, pudimos hablar y vernos. La entrenadora de Holanda, que es australiana, había corrido contra mamá en su momento y fue una de las tantas que me habló de sus logros”, dijo la campeona.

Finalmente, la bella corredora de Kimberley aclaró lo que se viene para el futuro: “Ahora Carlos (Lugea) tiene que armar el equipo para ir a los Juegos Panamericanos de Guadalajara, donde van sólo dos hombres y dos mujeres. Allá se correrán los 300 contrarreloj, los 1.000 y los 10.000 metros. Espero estar en el equipo, pero si no me toca, estaré entrenando y esperando el año que viene”.

Diario La Capital