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Sábado 30 de Abril de 2011 12:40

Los Payas: Clowns Comunitarios

Un grupo de jóvenes, algunos artistas, otros estudiantes de Ciencias de la Salud, otros ambas cosas, con formación y entrenamiento en la técnica del clown, conforman esta ONG marplatense con un objetivo por demás pretencioso: enfrentar la realidad con una sonrisa.

Y lo hacen con las herramientas del clowns, esa figura entre el payaso y el mimo. “El clown es un ser auténtico y espontáneo, porque sus debilidades son su fortaleza, porque no oculta lo que siente y porque cree en el amor, la ternura y la posibilidad de cambio a través de la risa, que es la que modifica y produce cambios en las personas”, afirma muy convencida Julieta Mulieri, una de las fundadoras de la entidad que en noviembre pasado terminó los trámites de inscripción en la Dirección de Relaciones con las ONG de la Municipalidad. “Queremos estar cerca de las personas que se encuentran en situaciones de exclusión”, afirma la voluntaria.

Y de vulnerabilidad también, puesto que la entidad realiza intervenciones no sólo en comunidades de la periferia marplatense, sino también todos los jueves y sábados altera el movimiento rutinario y sombrío del Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, visitando chicos enfermos internados bajo la premisa “La alegría es sanadora y cura las dolencias”.

Mediodía de sábado soleado y ventoso de otoño, en las puertas del ingreso de la guardia, por la calle Alvarado, “Los Payas” van llegando de a uno, vestidos de “civil”. Ezequiel Pérez, viene en bicicleta con la guitarra al hombro. Ya personificado, luego de cambiarse en los vestuarios del Hospital, será “Calcetina” y le pondrá música a las intervenciones de sus compañeras, enfundado en un traje ajustado en azul y blanco, con la infaltable nariz.

El grupo se integra con más de 30 integrantes, aunque en cada intervención van rotando de acuerdo a la disponibilidad de cada uno. Quienes no poseen la formación en clown puede desempeñarse como “civiles”, como ellos mismos lo definen. “Es la persona que interactúa con los familiares y el personal del Hospital. Se viven situaciones muy fuertes, desde lo emotivo y hay que estar fuera del personaje para saber cuándo entrar y cuándo salir de las salas”, cuenta Tomás Irazoqui, estudiante de Terapia Ocupacional, mientras espera que sus compañeros terminen de personificarse.

Un rato después aparecen en fila por el pasillo “Naftalina”; “Purpurina”, “Clarissa”, “Aurora”. Cuesta reconocerlas con pelucas, maquilladas y vestidas en tonos y estilos grotescos. Reunidos a la salida del ascensor de la planta baja, se toman de las manos y hacen una ronda. Se siente la energía de “Los Payas”. Con esa fuerza comienzan la recorrida por el último piso. Cada profesional, médico o enfermera que pasa los saluda con efusividad.

“Los viernes estamos en el primer piso, en todo lo que es la Sala general, quemados, pacientes moderados y también guardias. Hoy sábado nos ocupamos del cuarto piso y la Guardia. A Oncología esta vez no podremos ir”, anticipa Tomás. “Clasissa” y “Aurora” ya están en plena rutina dentro de una habitación, en la que un chico de no más de 10 años no puede creer lo que ven sus ojitos achinados y lo mira al papá, como queriendo corroborar que no está soñando.

“No tenemos números armados sino que trabajamos con la improvisación, cada intervención es totalmente distinta porque interactuamos mucho con los pacientes”, dice “Aurora” a la salida de una sala. Tiene un títere de mano que no tiene nombre. “Cada nene le pone uno distinto”, confiesa.

“Nos gusta poder traer alegría y sonrisas a lugares en los que sentimos que hace más falta como pasa en los hospitales, los comedores o los hogares”, define Ezequiel Pérez, el fotógrafo y actor del grupo.

“Los Payas” también se suman a los Centros de Día y Sociedades de Fomento. Otra de sus iniciativas ha sido fomentar los “Abrazos Gratis”, en la Plaza Colón. “Un abrazo bien fuerte te cambia el día”, asegura Julieta Carriquiri, quien estudia Expresión Corporal.

Ariana Bazán, directora de la Dirongs municipal, participó de la intervención en el Hospital Materno y dialogó con el grupo para analizar acciones solidarias en distintos proyectos en los que participen otras entidades y la propia Municipalidad. “Es reconfortante ver lo que hacen y la energía que transmiten”, indicó la funcionaria.

Cuando se cierra la última puerta del Hospital la tarea todavía no concluyó. Luego de las intervenciones, los protagonistas, artistas y civiles, se reúnen para compartir un balance de lo realizado y decantar emociones.

Para más datos

Quienes quieran saber más de la actividad de “Los Payas”; pueden encontrar información en su muro de Facebook, bajo dicha denominación. El mail es lospayasmdq@gmail.com

“Aparte de venir a dar alegría, sentimos que esto es un ida y vuelta, porque siempre nos llevamos algo que nos hace mejores personas”, resumieron de su tarea solidaria.

Fuente: Diario La Capital